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Cómo redactar un buen texto sin morir en el intento

  • Foto del escritor: Yesid Gutiérrez
    Yesid Gutiérrez
  • 19 jul 2019
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 27 nov 2020


A muchos nos ha pasado que al momento de comenzar a redactar cualquier tipo de texto (argumentativo, expositivo, descriptivo, periodístico, científico...) nos sintamos bloqueados al ver la hoja en blanco, pues no sabemos cómo iniciar, qué palabras utilizar y qué tema abordar primero.


Bueno, esto suele ocurrir cuando hay un bloqueo creativo, y es algo que les pasa hasta a los mejores literatos. Es más, esto ocurre en cualquier campo, por ejemplo, al momento de cantar una canción o hablar en público, se le llama miedo o pánico escénico.


Para poder combatir esta situación, lo primero que debemos hacer es tener calma, pues bajo presión es muy complicado desarrollar ideas y plasmarlas de la manera correcta.


Así las cosas, toca despejar la mente, dejar que todo fluya y organizar las ideas, maquinar todo en esa cabeza. Por ello, un tip importante es siempre cargar lápiz y papel, ya que tú no sabes cuándo puede nacer algo creativo y sería bueno anotarlo. Es lo mismo que sucede cuando nacen las mejores ideas o canciones, surgen de la nada, y no las podemos dejar escapar en nuestra mente.


Dicho lo anterior, ahora sí, repasemos los puntos claves para vencer el miedo a la hoja en blanco y redactar un buen texto:


Tómate tu tiempo y organiza bien las ideas


Lo primero es cranear la estructura clásica (introducción, desarrollo, conclusión) con base en los temas a tratar y la idea principal. Entonces, si tienes un brief con el insumo necesario para realizar el contenido, lo recomendado sería escribirlo tal cual para procesar todo lo solicitado en la mente.


Tras esto, ya hemos logrado leer rápidamente y luego con más detenimiento, al punto de llegar a manejar un criterio propio sobre el tema y, por ende, llegar a establecer una ruta adecuada para plasmarlo en la hoja.


Así las cosas, tenemos que escribir los conceptos claves que se nos pasan por la mente para luego darle más forma al momento de desarrollar el cuerpo y comunicar bien lo que se quiere.


Sumado a eso, debemos buscar referencias sobre el tema a tratar si es necesario. Esto nos ayuda a saber lo que ya existe y el factor diferencial que podemos agregar.


Piensa en lo que quieres transmitir y a quién se lo quieres transmitir


Luego de recopilar todo y anotar en un borrador lo clave, debemos pensar en el estilo que utilizaremos. Aquí juega un factor fundamental el tipo de texto y el público objetivo, pues no es lo mismo escribir una biografía personal, que sería en primera persona, a escribir una biografía de alguien, que sería en tercera persona.


Además, tenemos que tener claro el lenguaje a utilizar dependiendo el formato, público y tiempo, en dado caso que hagamos un copy para un comercial. Es decir, el formato puede ser televisivo o radial, el público dependería del estudio de mercado y el tiempo es especifico y corto. Ante eso, toca ser recursivos, directos y ponernos en la posición del receptor para transmitir el mensaje adecuado.


Busca soportes, apóyate en las herramientas existentes


Muchos redactores cuentan con un gran diccionario en su cabeza, sin embargo, al ser el español un idioma muy complejo, siempre se encontrarán con nuevas palabras, ni hablar de los sinónimos, que son muchos.


Debido a esto, al momento de empezar a escribir o en la mitad del camino, nos bloqueamos al no poder repetir una palabra en un mismo párrafo, por ende, una alternativa serían los sinónimos, y en este punto es cuando "Don Google" se nos convierte en nuestro mejor aliado para apoyarnos con conceptos y cualquier tipo de duda gramatical.


Sé directo, no redundes tanto


Podemos tener la mejor idea y al momento de expresarla oralmente fluye perfecta, pero, cuando nos sentamos en nuestro escritorio y tratamos de escribirla, fallamos con las redundancias que utilizamos al hablar.


Esto sucede mucho en redes sociales, incluso, he visto muchos textos periodísticos que lo hacen, ni hablar de algunas canciones o producciones, con el fin de que todo "rime más" para que tengan más éxito.


La solución es sencilla: ser más directos para no cansar al lector. Es aquí cuando te preguntas, ¿cómo?


Te pongo un ejemplo, al momento de redactar, sin darnos cuenta, escribimos como hablamos: subir arriba, salir afuera, bajar abajo, barrer con la escoba, ver con mis propios ojos, mes de julio, aplaudir con las manos, etc.


¿Te diste cuenta dónde está el error en cada expresión? Bueno, eso es precisamente lo que debemos evitar al momento de ser creativos.


Deja que todo fluya en el primer párrafo


En estos momentos debimos haber aplicado todo lo hablado en los anteriores puntos. Ahora sí, vamos manos a la obra.


Este es el instante vital, ya que, después de esto, lo demás debería ser "pan comido", o, al menos, esa es la idea. Para ello, debemos introducir el tema de la manera adecuada, logrando un gran arranque que desprenda interés para enganchar al lector de inmediato y no dejar que se nos escape apenas comenzando la lectura.


Para conseguir lo anterior, siempre debemos utilizar un lenguaje ameno, sencillo, como si estuviésemos hablando con alguien, pero sin dejar de lado la correcta estructura de un texto, logrando organizar bien una idea en un párrafo y que la misma no quede esparcida en todo el texto sin terminar de concluirse.


De esta manera, toca comenzar con pie derecho para ir ganando el partido. Por eso recomiendo, al finalizar ese tan anhelado primer párrafo, leerlo una y otra vez, ya que este proceso nos ayuda a ser mas minuciosos y encontrar fallos pequeños que nos servirán para desarrollar todo lo demás mucho mejor.


Utiliza ejemplos para hacer entender algo muy particular


A veces somos muy académicos al momento de redactar y esto es un error fatal si nuestro público objetivo no son estudiantes. Recordemos que al momento de escribir un texto, no todos van a tener tu mismo conocimiento, así que debemos situarnos al mismo nivel del lector.


Dicho lo anterior, lo recomendado sería ejemplificar o apoyar con datos, detalles y descripciones ese algo puntual que se nos hace difícil transmitir, con el fin de que los lectores lo entiendan.


Finalizar, revisar y corregir cuantas veces sea necesario


Tras haber tenido en cuenta todos los pasos mencionados arriba, llegamos a este punto.


En este momento ya debes tener un texto sólido, el cual sigue una estructura lógica y ordenada, donde logras exponer tus ideas sin tener muchas redundancias y con un lenguaje sencillo y atractivo para el lector, utilizando ejemplos, datos y detalles.


Hicimos las cosas bien, pero ahora toca hacer un experimento: leer desde la perspectiva del lector.


Sí, en este punto es cuando despejaremos todas las dudas sobre si realmente se logró el objetivo.


Seguramente encontraremos errores ortográficos o gramaticales, pero el punto es que todo tenga coherencia, cohesión y que sea fácil de entender, a su vez atractivo, como decía.


Listo, hicimos las correcciones necesarias, volvemos a leer, volvemos a corregir si lo amerita y, finalmente, tenemos a nuestro bebé recién nacido.


Para tener en cuenta


Además de todo lo tocado en este artículo, te diré algo que me ha servido para desbloquear más esa parte creativa y desarrollar mejor mis ideas al momento de enfrentarme a una hoja en blanco.


Es algo que aplica para todo obstáculo en la vida, se trata de hacer lo que te apasiona y te quita todo estrés: puedes leer si lo deseas, escuchar radio, música, ver una película o hacer ejercicio.


Quizá sobra decir, pero también es importante comer y dormir bien, pues para toda actividad necesitamos estar al 100.


Todo esto tiene muchos beneficios a la hora de hacer que las cosas fluyan y te dan un "empujoncito" para que salgas vencedor en ese enfrentamiento constante con la hoja en blanco.








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